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Todo el mundo sabe qué es traducir, pero la cosa se complica cuando hablamos de localización y aún más cuando hablamos de transcrear o de transcreación.

¿Tenemos claras las diferencias entre traducir, localizar y transcrear?

Por traducir entendemos pasar un mensaje de un idioma a otro.
Localizar sería lo mismo que traducir, pero teniendo muy presentes las diferencias culturales para encontrar el mensaje equivalente en otro idioma que transmita lo mismo que en el idioma original.
Se acostumbra a utilizar para software, apps y videojuegos.
Transcrear sería dar un paso más y añadir un toque creativo. La propia palabra ya lo indica: transcreación es la suma de «traducir» + «crear».
Se trata de un trabajo entre la traducción y el marketing.
Se utiliza para textos de marketing y publicidad.
Se podría decir que el proceso de transcreación pasa por las siguientes fases:

  1. lectura del contenido,
  2. comprensión del mensaje (más allá de una lectura literal),
  3. digestión del mensaje,
  4. añadir «una pizca de creatividad» a la hora de traducir para que suene original y natural,
  5. revisión por parte de un lingüista experto en marketing.

La pregunta clave aquí es cómo saber qué porcentaje de creatividad puede aportar el lingüista a la traducción, Es decir, qué grado de libertad se puede tomar a la hora de proponer su versión.

Foto “all we have is words” Photo de Alexandra  Unsplash

El grado de libertad que se podrá aplicar dependerá de la información que le demos al transcreador. Tiene que constar, por lo menos, de los siguientes puntos:

  • El público o mercado objetivo al que se dirige ese texto:
    • ¿Es para directivos de una empresa?
    • ¿para familias?
    • ¿para un colectivo determinado (deportistas, madres solteras, niños de 7 a 10 años… cuantos más detalles, mejor)?
  • Finalidad del texto:
    • ¿Es para concienciar?
    • ¿para educar?
    • ¿para aumentar las ventas?
    • ¿para conectar?
    • ¿para emocionar? ¿para divertir?
  • Tipo de texto:
    • ¿Se trata de un anuncio para un medio online o impreso, o para la TV?
    • ¿Es el título de una serie, de un libro…?
    • ¿Es para un folleto de información de producto? ¿Será un folleto online o se imprimirá?
  • Las preferencias del cliente (cualquier pista o información que ayude al lingüista a encontrar el punto de creatividad que el cliente quiere). Aquí las guías de estilo pueden ayudar mucho.

Cuanta más información tengamos de la finalidad que debe tener el texto y de lo que espera el cliente, mucho mejor.

Esta información también ayudará a saber si lo que se necesita es una localización o una transcreación.
Una vez el transcreador tenga esta información, tiene que combinarla con sus conocimientos culturales y del idioma para encontrar las palabras que mejor se ajusten al público y que mejor reflejen la finalidad del texto.

En los 3 casos (traducción, localización y transcreación) hay que tener siempre muy presentes tanto los glosarios terminológicos como los manuales de estilo.
Esto ayudará a que el texto, además de ser creativo, mantenga una línea de coherencia con el resto de documentos de la misma marca/empresa, ya que utiliza la nomenclatura propia del cliente y las pautas generales de estilo (hablar de usted, de tu…)

Cuando se necesita una traducción no-literal, encontrar la dosis exacta de creatividad que aplicar no es fácil. Por este motivo es importante adelantar el trabajo y conseguir tanta información como sea posible antes de empezar. Cuantos más datos tengamos antes de empezar, más cambios y versiones nos ahorraremos.

Si necesitáis ayuda con alguna traducción y dudáis de si lo que os hace falta es una localización o una transcreación, hablémoslo y os ayudaremos.

Autor: LocalizationLab