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Hoy en día la mayoría de las empresas tienen un blog desde donde muestran contenidos variados. Las empresas usan el blog para subir información sobre sus productos, para explicar actividades que realizan, dar consejos, enseñar procesos, etc.

Según un estudio del 2020, el 76% de los compradores por Internet prefieren comprar aquellos productos que muestran la información en su idioma.
Internet nos permite llegar a todo el mundo, pero para llegar a los lectores que más nos interesan hace falta internacionalizarse y traducir tu blog, pero, sobre todo, tenerlo bien traducido.

¿Qué has de tener en cuenta al traducir tu blog?

Imaginémonos que ya tienes varios artículos bien redactados con contenido que te gustaría compartir. El primer paso es tener claro qué idiomas habla tu público objetivo. No es lo mismo si necesitas traducir tus artículos al inglés del Reino Unido que al inglés de los Estados Unidos, o al portugués de Portugal que al portugués del Brasil.
Las diferencias pueden ser pequeñas, pero significantes y el hecho de tener el idioma que necesitas bien definido será un punto a favor.

El segundo paso es definir una buena palabra clave, con buen SEO. Es decir, una palabra que los lectores de ese idioma utilicen para buscar por Internet información sobre el tema de tu artículo. De esta manera, se intenta que los buscadores te encuentren antes y te sitúen más al inicio de la lista.
En este artículo puedes encontrar más información, pero te aconsejamos ponerte en manos de expertos del tema.

El tercer paso es conseguir una buena traducción, que se entienda y que suene natural en el idioma final.
El encargado de la traducción debe tener conocimientos o interés por el tema. Te recomiendo que ayudes al traductor a documentarse con material de referencia, si es posible.

Antes hablábamos de palabras clave, éstas acostumbran a ser bastante telegráficas. Es importante que pidas a tu equipo de traducción que las utilicen en el título y dos o tres veces dentro del texto, si se puede, pero que el texto final sea siempre gramaticalmente correcto.
No tiene sentido forzar una palabra clave y que el texto quede críptico o que suene raro. El lector tiene que poder concentrarse en el texto, tiene que conectar con él, para que después vuelva al blog o para que confíe en el producto o servicio del que hablas en tu artículo.
Es muy importante revisar el artículo para asegurarte de que el texto suene natural, como si no se tratara de una traducción.

Recomendamos que los enlaces que el artículo pueda tener apunten a artículos traducidos al mismo idioma que el artículo.

A medida que se vayan traduciendo artículos, es útil crear un glosario y mantener las memorias de traducción actualizadas. Esto ayuda a evitar ciertos errores, a mantener una misma terminología y a conseguir algún ahorro de traducción, sobre todo cuando las memorias empiezan a tener un volumen de textos considerable.

Para el proceso de traducción, te recomendamos que te pongas en manos de profesionales que te guíen y te ayuden a gestionar todo el proceso.

Después solo hará falta subir el artículo al gestor de contenidos que hayas escogido. Hay algunos de código abierto que funcionan muy bien, como WordPress o Drupal, aunque quizás tendrás que añadir algún plug-in de pago para poder subir de manera ordenada los artículos traducidos.
Si los formatos de títulos, de bibliografía, etc. están bien definidos y pueden utilizarse en todos los artículos de manera homogénea, mucho mejor.
Desde el gestor tendrás que volver a añadir la palabra clave y alguna imagen relacionada con el artículo.
Puede que el proceso no se acabe al subir los artículos al gestor (sin publicar). A veces vuelve a entrar en juego el optimizador de SEO que retoca el artículo (según lo que los algoritmos de los buscadores, como Google, valoren en ese momento) y entonces se publica el artículo.

Si te interesa, desde LocalizationLab podemos ayudarte a traducir correctamente tus artículos y a subirlos a tu gestor de contenidos, para que tu mensaje llegue donde tú quieras.

Por LocalizationLab

1a imagen de Kutz y  2a imagen de Headway.